lunes, 6 de junio de 2011

Se Casa Marina

Saltan las tostadas y despierta por segunda vez en el mismo día. Luce legañas bajo la brisa de sus caramelizados ojos. Pesaba el vino más que la copa que lo acobijaba en la noche de la divina noticia. Y sin arrepentimiento alguno, mira la cima de una montaña de Swarovski recién nacida a orillas de su dedo anular y grita un sí quiero. Le siguen dos lágrimas que casi contradicen la vívida afirmación recién proclamada.

Hoy sonó el teléfono y ha vuelto a despertar. Esta vez, Marina está acompañada por un regimiento de figuras femeninas que podría servir de portada a cualquier revista rosa barata. Se mira al espejo y recuerda el día del reencuentro. 'Cómo te he echado de menos'. Los tirones de cabeza de la peluquera le recuerdan que es hora de espabilar. Así, el ayer drena sobre las puntas del susodicho peine maltratador. Y el ahora comienza a reflejar que la niña de la Calle Ancha esta tarde será la más guapa.

Horas más tarde, su padre le besa en la mejilla y se sonroja. 'Qué resplandor, princesa'. Ella, ruborizada, se pasea hasta la entrada de su casa para anunciar su salida. Y así, con tantos metros de cola como años de soltera, se aferra al asfalto en dirección al carruaje que le dirige hasta la iglesia del pueblo. Desciende la cabeza y pretende pasar desapercibida. Los que la vieron crecer recuerdan que sigue siendo tan tímida como en sus años de juventud. Por última vez en su vida, Marina centra su mirada en el numero 24 del palacio que la vio madurar.

Ha venido libremente sin reservas, aunque no le permitiesen vestir sus Manolos rojos. Le amará y honrará por el resto de su vida, sin peros. Aceptará los hijos que Dios les mande y los educará con la ley de Cristo, aunque no con la de su iglesia. Promete serle fiel en lo prospero y en lo adverso, en la salud y la enfermedad, durante todos aquellos días de su vida en los que se sienta amada. Esas son las normas de su nuevo testamento.

Y a la hora del banquete, brinda con Moët & Chandon.
Por sus vidas. Por la mía. Con eso sueña Marina.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Las Islas 'No Disponible'

Cántale al río y pídele agua. Suena la corriente en su derramar y trata de aferrarse a cada fragmento de roca que a su paso encuentra. Aún sin fe, desliza sus brazos absurdamente a sabiendas de que la fuerza de rozamiento no supera a aquella del destino.

Alza el semblante y sonríe al sol. Yacen en el subconsciente días de lluvia que marchitaron rasgos faciales y envejecen la juventud más absurda jamás vivida. Penetrado por luminosos rayos que dan lugar a nuevos caminos, divisas la senda que nutre de esperanza la prosperidad de tus días.

Respira profundamente y seca tus lágrimas. Ves desvanecer al pañuelo que acompañó tus noches en vela. Gloriosa mísera luz de esperanza que te mantiene vivo en todos y cada uno de los suspiros con los que deshaces las ataduras de una memoria con sabor agridulce.

Abre los ojos y vive de nuevo. Detrás tu historia y delante la de aquellos que sobrevivieron. 13 horas de vuelo y, como si recién cortado el cordón umbilical de aquello que te nutría y que a la vez te marchitaba, uno vuelve a la vida dejando atrás 2 meses de pesadillas y 7 de sueño... Bienvenido a casa.