martes, 20 de octubre de 2009

Tremor

Se me acaban los cigarrillos, y no se que será lo siguiente que voy a llevarme a la boca. He pensado en rebajar la dosis diaria, pero entonces sería infiel a la escala de valores y las necesidades básicas del ser humano. Las baritas de incienso tienen vida propia y no puedo controlar la dirección del humo a su despedida. Sujetar el filtro con los dedos no se iguala al plástico barato de los bolígrafos en mi lapicero. Necesito su tacto, rozarlo con la yema de los dedos y pensar que ahí adentro saltan tantas chispas como en mis sueños.

Se terminan los cigarrillos y encontrarlos me cuesta tanto como encontrarme a mí mismo. Una calada, y la sinfonía de Zafón incitandome a seguir absorviendo hasta quemarme los labios. Pensar que se terminaron los juegos de aros para recordar que me consumo por dentro. El sabor a nicotina mientras duermo. La puta tos. Fumata blanca y la elección de un nuevo evento. Derramar las cenizas por mi ventana y joder al vecino del primero. Verlas volar y caer, como todos hacemos.

Se evaporan mis cigarrillos y me quedo sin aliento. El café de la mañana y la escapada en el trabajo, el volante del coche y los restos en el asiento.

Se esfuman mis cigarrillos. Y me pierdo yo con ellos.

jueves, 1 de octubre de 2009

Preámbulo...

Uso los naranja porque me suben la autoestima. Si no fuesen tan incómodos, me atrevería incluso a usar tacones y así subiría también el pan en el supermercado que frecuento. El peinado es cuestión de tres minutos. Si sigo interesado, puedes cronometrarme uno de estos días.

Centrate en mi ojo derecho, a tu izquierda, y olvida la ptosis palpebral, que la cirugía estética oculta minuciosidades pero realza defectos. El peso varía en función de mi trabajo. No me preguntes en mi día de descanso. La altura la suficiente para dejarme pisar y salir al paso. Una. Dos. No tres veces. Lo siento, todos tenemos nuestras limitaciones, y una de las mías es no mantener conversaciones absurdas. No es ironía, es mi persona.

¿A qué hora se cena? Comienzo a desconcentrarme con niveles de azúcar bajos, como cualquier mortal. No tomo comida rápida, ni como rápidamente. Si tienes prisa puedes pagar la cuenta. Tarta de queso con salsa de chilli para el postre, por cierto. (...) No te ignoro, es un lapsus. Ahora vuelvo. Disfruta del silencio. ¿Estás?.

Y regreso a la cama, alzo el brazo y me deshago de la luminosidad. Limitado en el espacio, pero afortunado de dormir conmigo mismo. Otro numero de teléfono fuera de la agenda.